domingo, 9 de marzo de 2014

Imre Kertész: Sin destino (***)

(183 pág.; eBook)                   (7, marzo de 2014)                (Premio Nobel 2002)
El muchacho de la portada podría ser el quinceañero protagonista de la novela. Un joven que reside en Budapest durante el dominio nazi y que un día se ve obligado a bajar del autobús en el que iba a la fábrica en la que trabajaba y es enviado a un campo de concentración. A su llegada analiza todo lo que sucede a su alrededor, como la separación de jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, que sean rapados y uniformados con una estrella de un color para cada etnia y unas iniciales del país de origen. Y en su juvenil lógica comprende que estar al cargo de tanta gente no sería posible sin la organización y rigor alemanes. Y siente admiración por ellos.
Este viene a ser el inicio de la novela y, a pesar de que trata de un tema archisabido, Kertész sabe darle un enfoque nuevo a través de los ojos de un adolescente que hace lo que se le ordena, pero no deja de pensar en los porqué de esas órdenes. Claro que la novela avanza y no esconde todas las inhumanidades cometidas en los campos de concentración, aunque explicadas lateralmente sin querer enfrentar al lector con la cruda realidad, con lo descarnado de las atrocidades cometidas, sino más bien, explicando el cómo se puede sobrevivir a pesar de habitar en lo que fue un infierno en vida.
Puede más lo positivo de sobrevivir que el horror de lo vivido, siendo tanto así, que llegamos a un final en el que de forma poética se nos hace ver que hasta en la peor de las pesadillas siempre hay un resquicio en el que aquél que lo encuentra puede llegar a soñar.


Hoy no he ido a la escuela; mejor dicho, sólo fui para pedir permiso a la tutora y volver a casa.”
eBook: correcto


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