(200 pág.; Anagrama) (39;
agosto de 2012; en Huesca)
Después de Suave es la noche (46; noviembre de
2010) tenía ganas de leer su, quizá, obra más conocida, así que le pedí a Anna
que me la regalara para mi santo y si no la he leído antes es porque no me
gusta leer aquello que más me apetece, sino en el orden en que han ido entrando
los libros, pues me he dado cuenta que en el primer caso terminas dejando de
leer libros que en su momento querías y que el tiempo ha hecho que no sepas
porqué te interesaba, y eso es debido a que hay que decidir si nos gusta o no
por la portada y las diez o veinte líneas de la contraportada, y como tantas
cosas en la vida, hoy es cara y mañana cruz.
Pero no es
el caso de este libro, pues su autor es algo más que lo que figura en las tapas
del libro, y lo que se esperaba de ellos (del autor y del libro) aquí se
encuentra desde la primera página: una buena historia sobre la vida de las
personas bien acomodadas, sus ambiciones y carencias y, en esta novela más que
en la mencionada al principio, sus relaciones con la gente más humilde, que en
este caso crea el contrapunto dramático al “dolce far niente” de los
acaudalados.
No comento
la historia en concreto, pues presupongo que la mayoría habrá visto la película
(Robert Redford y Mia Farrow) que, por lo que recuerdo de cuando la vi de
estreno, era muy fiel a la novela y, si no fuera el caso, ahora se podrá ver la
de Leonardo Di Caprio y Carey Mulligan y aunque cada uno se quede con la
versión que más le guste, no por ello se deje de leer este buen libro.
“Cuando yo era más
joven y vulnerable, mi padre me dio un consejo en el que no he dejado de pensar
desde entonces.”
eBook: primer libro digital
sin tener el de papel por lo que la portada ha sido escogida de internet.
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