(221 pág.;
Salamandra) (15; marzo
de 2012)
Tres niños
judíos, dos de ellos mendigos y el tercero de clase alta, tienen un origen
familiar común. Sus vidas se cruzan en su Ucrania natal de principios del siglo
XX y, debido a los conflictos de la época, emigran a Francia y allí vuelven a
cruzarse y a unirse sus destinos: dos de ellos son marido y mujer y el tercero,
amante.
Esta nueva novela que leo de Némirovsky es
muy interesante, y creo que cuando habla de lo que conoce a través de sus
vivencias es mucho mejor: pongo esta novela y Suite Francesa (4; febrero de 2011) por ejemplo, contra L’afer Kurilov (33; agosto de 2010). En
esta historia, que parece ser contiene tintes autobiográficos, trata las
creencias judías de forma muy valiente para la época, según creo, e irónica
para los abstemios religiosos como yo, y el momento actual que nos ha tocado
vivir.
Marisol
cuando descubre un autor que le gusta acaba con su producción (en este caso,
por desgraciada evidencia histórica). Aún tengo en casa dos más por leer y los
iré degustando oportunamente.
“A los ojos de sus habitantes judíos, la ciudad ucraniana de
la que eran originarios los Sinner tenía tres zonas claramente diferenciadas,
como las que se ven en ciertas pinturas antiguas: abajo, atrapados entre las
tinieblas y las llamas del infierno, los réprobos; en el centro de la tela,
iluminados por una luz pálida y serena, los mortales; y en lo alto, los
elegidos.”
eBook: sí
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