(330 pág.; Alianza Editorial) (32; julio de 2011 en Budapest)
Como aconsejé
a Marisol que leyera Los pazos de Ulloa cuando lo terminó se compró este libro
que es la continuación. Y como tal, casi podría haberse seguido la primera
historia con esta si no fuera porque el final de Los pazos es más impactante
que el de esta novela y perdería fuerza.
Esta obra
sigue con el mismo estilo ultra descriptivo: se describen animalillos, gotas de
lluvia, color y estado de la mies cuando
es golpeada y centenares de objetos, animales o sensaciones. Si a uno no le
gusta tanta descripción puede llegar a ser cansado (para muestra las dos
primeras líneas del libro).
Entre la
primera parte y esta hay grandes diferencias: en la primera hay más personajes
de cierta importancia y las situaciones son mucho más conflictivas e hirientes.
Casi puede decirse que en la segunda parte sólo hay un tema, que es el mal de
amores que sufre un tío por su sobrina. Y a su alrededor la vida en un pueblo
de Galicia hace 150 años.
Aconsejable
si gustó mucho la primera, pero teniendo en cuenta que su intensidad es menor.
“Las nubes, caliginosas y de un gris amoratado, como de tinta
desleída, fueron juntándose, juntándose, atropellándose más bien, en las
alturas del cielo, deliberando si se desharían o no se desharían en chubasco.”
eBook: sí. librodot
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