(278 pág.; Comunicación y Publicaciones) (38; septiembre de 2021)
Tercer libro que leo de este autor y
lo cojo con muchas ganas, tantas como para que lo proponga como el decimocuarto
libro del CLC… para desgracia de los partícipes al mismo, pues más que una
novela es un libro de historia, tan detallista que lo hace un poco
desconcertante. Las dos líneas publicitarias de la portada son una exageración
sin paliativos.
Salambó, hija de Amílcar Barca, está
en Cartago esperando la vuelta de su padre. Las tropas de este han llegado
antes que él, después de haber ganado la guerra y aún no han cobrado. Llegan a
la fortaleza donde se encuentra ella y allí arrasan con la comida, la bebida y
los jardines. Un mando de este ejército ve a Salambó y queda prendada de ella.
Este es un mal resumen del primer
capítulo, uno de los mejores, ya que con la poderosa descripción de Flaubert el
lector se encuentra inmerso en la orgía de los soldados. Tardaremos en
encontrar otro igual, pues no es hasta que aparece Amílcar, y volvemos a
disfrutar de su lectura. ¿Por qué, entonces, no es una novela tan buena como Madame
Bovary o La educación sentimental? Porque tanto detalle descriptivo
nos aleja de la trama novelesca, y entre los personajes no hay “química”, es
como si cada uno fuera por su lado con sus sentimientos y no interactuaran con los
otros.
Este libro de historia, que no
novela, me ha recordado las partes descriptivas de Guerra y paz, que
considero ralentizan la novela y aburren al que no va a buscar un dato de los
hechos acaecidos, lo mismo que sucede en esta.
“Sucedía en Megara, arrabal de
Cartago, en los jardines de Amílcar.”