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diciembre de 2019)
No sé si he visto representada alguna obra suya por lo
que tenía verdadero interés en leer alguna de sus tan famosas obras de teatro
por lo que, después de leerla, he de decir que me ha decepcionado ligeramente.
Tengo en mente las comedias, o dramas, de Lope o Calderón y esperaba que me
causara la misma sensación que con El
perro del hortelano o La vida es
sueño, pero aunque no le quito ningún mérito al personaje de Harpagón, el
enredo me ha parecido pequeño. Quizá los siglos de distancia entre Molière y
nosotros nos haya quitado la ilusión como se la quitan lo años a los niños.
Tendré que verla representada pues quizá gane más que leída.
El
personaje mencionado es el nombre del avaro de esta comedia: además de mucho
dinero escondido, por el que sufre constantemente, tiene dos hijos en edad de
casarse y los cita para decirles que ha decidido casarse de nuevo. Lo que él no
sabe es que la joven sobre la que ha puesto la mirada, y a la que exige una
dote para desposarla, bebe los vientos por su hijo por lo que a este no le
place en absoluto la decisión de su padre. Una casamentera ayudará a desenredar
la madeja.
“VALERIO.— ¡Cómo, encantadora Elisa, os sentís melancólica
después de las amables seguridades que habéis tenido la bondad de darme sobre
vuestra felicidad!”
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