(272
pág.; Libros del Asteroide) (64;
enero de 2020)
Hace ya bastante tiempo que Eva me recomendó este libro,
pero como leo libros de los que ya tenemos, más los nuevos, más los que me
aconsejan otras personas a las que les doy crédito todo ello hace que un libro
tarde meses en que pueda leerlo desde que entra en la lista, pero con tiempo se
llega. El problema será cuando se acabe el tiempo, pero para entonces solo
podré parafrasear a Borges y decir que no me siento orgulloso de los libros que
no he leído. De este me siento orgulloso.
Las señoras a las que se refiere el título son la madre y
la esposa del señor Grenville: la primera de alta alcurnia ya establecida en
los genes que se van pasando de generación en generación y la segunda nacida en
una pequeña y desconocida población que, desde muy joven, se tuvo que buscar la
forma y manera de sobrevivir y ha hecho de ello una profesión con tal éxito que
está a punto de ingresar en ese círculo privilegiado.
La novela puede recordarnos a varios autores muy
conocidos que no quiero desvelar a fin de que sea el posible lector el que lo
saboree por sí mismo, así como tampoco he querido ahondar más en la historia
pues tiene sus intrigas en algunos momentos y cuestiones y soy contrario a detallar
los entresijos que el autor plantea y resuelve a lo largo de la narración.
Habrá que leerla, pues.
“La habitación desprendía
un asfixiante aroma a rosas marchitas.”
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