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pág.; Aguilar) (2;
enero de 2020)
Habitualmente la gente se alegra de cambiar de ordenador:
yo me resisto todo lo que puedo. En el trabajo estuvieron dos años para
lograrlo. Y el motivo es que nada es exactamente como antes y, aunque en
principio es mejor, siempre se ha escapado algún detalle que complica la vida. Ahora
he tenido que cambiar mi portátil que ya me avisaba que estaba próximo su fin y
este ha sido el motivo de mi silencio, el cual habrá alegrado a más de uno. Esta
parte del libro la acabé a principios de enero y hasta ahora no he podido
dedicarme a estas líneas.
Penúltima parte de este volumen, también en prosa, que se
inicia con un largo capítulo dedicado a Juana de Asbaje que, parece ser, fue
una inteligentísima mujer autodidacta que dejó con la boca abierta a todo aquel
que la conoció, entre ellos unos cuantos virreyes (me ha parecido un tanto repetitivo
y extenso). Sigue con un par de conferencias, larguísimas, que demuestran que
entendía de ciencia y astronomía, más de esta última, pero que, combinadas con
la prosa poética, se hacen difícil de digerir.
En los siguientes capítulos, mayormente ensayos, hay de
todo, como era de esperar: en lo negativo tiene opiniones que, un siglo más
tarde, son inverosímiles en una persona de su capacidad y, teniendo en cuenta
que poéticamente trata con mucho respeto a la mujer, pone los pelos de punta
(ahora más que hace una década) alguna opinión que tiene en prosa respecto a la
posición de aquella. En los artículos sobre la guerra es un idealista
inveterado y, veinte años después, se pudo comprobar que nada de lo que creyó
que mejoraría la humanidad se cumplió.
En lo positivo, que también lo hay y mucho, todos los
artículos y opiniones sobre lo que domina totalmente, en particular el idioma,
que da gusto leerlos porque se tiene una visión de lo que se podía pensar y
creer en el futuro cien años antes de nuestros días. Hay opiniones muy
versadas, muy simpáticas y anticipadas. Es, sobre todo por esto, que considero
muy recomendable su lectura.
“¿Se celebrará el tercer
Centenario de la muerte de Cervantes entre el estruendo de cañones, ayes de
muertes y nauseabundo olor de gases que axfixian?”
El Centenario de la muerte de Cervantes