(211 pág.; Libros del Asteroide) (30; junio
de 2017)
Marisol lo leyó y me dijo que no le había gustado mucho,
pero en la estantería no quedaba ningún autor por estrenar, así que fui a por
él. Debido al estilo del libro, novela negra, y a pesar de que ha habido dos
por en medio, me traía a la mente el de Macdonald, pues en los dos casos el
personaje principal es un detective privado, aunque en esta ocasión ni es tan
cínico ni la historia implica de tal manera a todos los personajes que
aparecen. El autor está considerado como el padre de la novela negra francesa.
El personaje de la portada es un detective privado al que
un viejo conocido del stalag le hace
una proposición totalmente legal en la que está en juego unos millones de
francos, hecho que le parece muy improbable o que sea totalmente legal, pero
decide seguirle el juego y se ve inmerso en una historia que sucede en el
distrito catorce de París y que se inicia un par de decenas de años atrás, para
más similitud con la novela norteamericana.
“Era una noche de esas
calurosas noches de verano demasiado infrecuentes.”
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