domingo, 7 de junio de 2015

DeLillo, Don: Cosmópolis (*)

(239 pág.; Booket)                             (32; mayo de 2015)
Había leído que Submundo era buena y Anna me regaló esta otra novela de su autor. Bien, no hay problema, ya leeremos más adelante la primera. Pero…
Aún tengo el Bloomsday a flor de piel y resulta que Cosmópolis también sucede en una jornada. Mal asunto. Y así es. Cuando termino de leer la novela, porque es corta, voy a informarme algo sobre el autor y resulta que es uno de los más importantes del posmodernismo. Estupendo. Soy un carcamal, pero qué quieren que les diga: a mí me gusta leer historias que tienen pies y cabeza, por no mencionar aquello tan manido de planteamiento, nudo y desenlace. Parece ser que la tendencia mencionada es plantear nudos y yo no soy Alejandro.
El resumen: el hipermillonario protagonista pasa la jornada de la novela moviéndose con su limusina por la ciudad el día más caótico que se le pueda ocurrir a uno: está el Presidente de Estados Unidos, asesinan al Presidente del Banco Mundial, hay una manifestación, caravanas de coches por infinidad de calles; y al jovencito, que trabaja desde el habitáculo de su vehículo, le apetece cruzar la ciudad para cortarse el pelo. Entretanto, suben al coche sus ayudantes, consejeros, guardias de seguridad y, atención, el médico, que cada día lo visita y le palpa la próstata. ¡Lo normal, vamos!




“El sueño se abstenía de visitarlo más a menudo que antes, no ya una o dos veces por semana, sino cuatro, cinco incluso.”

eBook: perfecto.                                                        epublibre


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