(352 pág.; Edhasa) (26;
julio de 2014; en Huesca)
Como
ya empieza a suceder en más de un estante, escojo un libro entre los dos o tres
autores que no he leído porque me suena el apellido o el título. En este caso
era lo segundo y debido a la película que no he
visto, además tenemos otro libro de él. De este, además, tengo el eBook. ¡A
leer!
Segunda
Guerra Mundial, Shangai, el día del ataque a Pearl Harbour, ataque a dos barcos
anclados en Shangai, un muchacho de padres ingleses nacido en esa tierra se
queda solo, todas las peripecias inimaginables que ha de vivir y sufrir para
poder subsistir, primero solo en la ciudad y luego tres años en un campo de
concentración japonés. Lo peor: es autobiográfica.
Se puede
decir que el párrafo anterior parece un telegrama de cuando se pagaban por
palabras, o que la historia que se entrevé está explicada de forma inconexa o a
trompicones, pues esta es la sensación que tuve al empezar a leer la novela y
que se fue confirmando a lo largo de la misma: es una historia con su
planteamiento, nudo y desenlace, pero no explicada de forma lineal en el tiempo
por lo que a veces da la sensación de que te has perdido algo leyendo, pues a
pesar de que la acción prosigue lógicamente parece que faltara algo. Me dice
Marisol que es su estilo. Bien, allá cada cual. Advertencia: no ahorra detalles
escabrosos en cuanto a la alimentación. Avisados estómagos sensibles.
“Las guerras llegaron temprano a Shanghai, alcanzándose unas
a otras como las mareas que corrían Yangtsé arriba y devolvían a esta ciudad
estridente todos los ataúdes lanzados a las aguas desde los muelles funerarios
del Chinese Bund.”
eBook: perfecto.
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