sábado, 21 de junio de 2014

Marguerite Yourcenar: Opus nigrum (**/***)

(414 pág.; Alfaguara)                                    (16; mayo de 2014)
Estoy leyendo menos y me cuesta mucho más ponerme a escribir estas pequeñas reseñas: ¡hace casi un mes que acabé este libro!
Marisol me lo aconsejó después de leer sus Memorias de Adriano y ha tenido que esperar mucho, pues muchos son los autores que han merecido que volviera a leer alguna de sus obras. Pero ya llegó su momento, aunque no sé si ese era el mío o no. El texto de Yourcenar siempre es de un estilo elegantísimo, bellísimo; recuerdo que estaba leyéndolo y me maravillaba de cómo escribe esta mujer. Además pone en boca de sus autores ideas muy interesantes y nada forzadas, a pesar de que ella parte con la ventaja de algunos siglos o milenio, en el caso de las Memorias, por lo que es otro punto a favor. Es decir, que en resumen, para mí y mi estado de ánimo, es un libro muy aconsejable.
Entonces, ¿por qué esa pequeña reticencia? Pues porque al principio me costó leerlo; me perdí en alguno de los saltos temporales que hay en la historia; como no tengo una buena base cultural, el tema religioso, las discrepancias entre los seguidores de una u otra escisión cristiana a mí me costaba recordar los motivos, por lo que las persecuciones de los creyentes de una contra los de la otra eran una cuestión que no podía seguir; y por último, las muchas líneas que hay sobre filosofía. Pero para ser justo, todo lo anterior es más un problema personal que un fallo de la historia, por lo que yo quiero recordar esta novela como otra de Marguerite Yourcenar que sabes que puedes leer porque en ella habrá una buena historia, que será instructiva a la vez que entretenida y, sobre todo, belleza.




“Henri-Maximilien Ligre proseguía, a pequeñas etapas, su camino hacia París.”

eBook: correcto, aunque con los números de las páginas en medio del texto.      Geniomaligno


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