sábado, 28 de junio de 2014

Jean M. Auel: El Clan del Oso cavernario (**)

(591 pág.; El País)                                          (18; junio de 2014)
De un estante de la biblioteca he leído a Atxaga, Aub, Austen, Auster, Azaña, Bach, Baer, Bainbridge y Baker y, aparte de tres libros de tres autores diferentes, tenemos cinco de Auel, ¿qué he de hacer? Pues lo que hice, a pesar de que suponía que no era de mi estilo.
Comenzamos y me cuenta la autora que un grupo de Neardentales tiene una memoria de cien mil años, a mí que no tengo una memoria de cien minutos. Sigo adelante a duras penas. Son seiscientas páginas y se me hace cuesta arriba. Luego resulta que ese mismo grupo no hablan, salvo algún gruñido para dar énfasis a los gestos que hacen con las manos, y son capaces de expresarse mejor que yo que tengo la ayuda del Diccionario de la Real Academia, ¡y sin ir al colegio!
Dichas las pegas, esta es una novela de aventuras que se puede leer, que te abre la mente a cómo pudieron resolver tantas carencias hace algunas decenas de miles de años, y que a uno, acostumbrado a darle al interruptor para encender la luz, no se le hubiera ocurrido. Sólo por eso está bien pero, además, el encuentro del clan con una Cro-Magnon hace que la historia muestre facetas del alma humana de aquella era que, visto lo visto, son como las de todas las épocas posteriores.



“La niña desnuda salió corriendo del cobertizo de cuero hacia la playa rocosa en el recodo del riachuelo.”

eBook: perfecto.                                            tomalibros


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