(67+522+155 pág.; Alfaguara) (11; marzo de 2013)
Anna me regala libros en su formato
original, es decir, en soporte de papel, lo que no me desagrada, pues eso
quiere decir que a ella le gustan tanto como me gustaron a mí a lo largo de mi,
ya no tan corta, existencia. Yo elijo varios autores y ella escoge cuál me
regala. Esta edición conmemora los ochenta años de su autor y los cincuenta de
la primera edición. Mucho tiempo, en cualquiera de los casos, y una razón más
para conocer al autor y la obra.
Tal como puede verse en la portada,
en la historia se ven reflejados toda clase de personajes de la ciudad de
México: desde los más pobres hasta los de más alcurnia, pasando por los
arribistas y los revolucionarios; es decir que en el tiempo va desde la
revolución mexicana hasta los días en que fue escrita. Si he de ser franco, no
he llegado a comprender la novela en toda la extensión que parece que tiene,
pero para mí es como la música que oyes por primera vez y que, sin
desagradarte, no has podido retener y lo habrías deseado, pues comprendes su
importancia.
Como en más de una obra, al final
del libro hay unas decenas de páginas de diccionario, que se hace preciso y que
es un gustazo leerlo y apreciar la riqueza de nuestro idioma y las diferentes
formas de su uso en función del lugar en el que nos encontramos.
“Mi nombre es Ixca Cienfuegos.”
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