(182 pág.;
Anagrama) (23;
mayo de 2012)
Sostiene
Pereira, así como el que escribe, que el mundo cambia más deprisa que las
personas y que, por mucho que queramos, sostiene, no terminamos de
acostumbrarnos a tanto cambio. Esto mismo, pero dicho por Antonio Tabucchi, es
una narración deliciosa, entrañable, introspectiva y en la que apenas hay
diálogos, pues la historia es contada a través de sus “sostiene”.
Un
periodista venido a menos, pero contento y conforme con ello, tropieza con un
joven que busca cómo ganarse la vida haciendo lo menos posible y el menor daño
a aquellos que conoce, aunque termine “sableándolos”. La acción se sitúa en el
Portugal de Salazar y el joven, que está implicado socialmente empuja a Pereira
a su vez, obligándole a enfrentarse a la situación reinante de forma diametralmente
opuesta a cómo lo hacía.
Los trabajos
que Pereira encarga a este joven y los resultados de los mismos son todo un
hallazgo que te hacen sonreír, a pesar de que uno sospeche que, laboralmente,
no tendrá mucho futuro.
“Sostiene Pereira que le conoció un día de verano.”
eBook: localizado archivo correcto en ese almacén
aparentemente infinito que es internet. En las tiendas no, claro está.