(272 pág.; Duomo Nefelibata) (62; septiembre de 2023)
Cuando llegué al número novecientos
de libros leídos, Anna me sugirió este que le había regalado Marisol. Qué le
vamos a hacer.
Si no tienes un gato, no hace falta
que lo leas, igual ni lo entiendes. Si tienes un gato desde hace años, sabes lo
mismo que sabe el autor del libro: yo tengo una gata desde hace tres años y con
el libro solo he aprendido que les gusta encontrarse comida por los rincones,
como si estuvieran cazando.
No es de esos libros divertidos que te lo pasas bien aunque no te incumba mucho de lo que hablan: No está mal, pero se repite a lo largo de los capítulos y las neuras del autor no siempre son interesantes. Lo que sí lo es y está muy bien es el prólogo de Elvira Lindo (y mi gata).
“En mi casa no
entra un gato. Y punto”.
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