(376 pág.; Seix Barral) (69; diciembre de 2020)
Este libro me lo regaló Joel para mi cumpleaños y, como
no lo había leído, me lo ha vuelto a regalar en Navidad, así que me he dado
prisa en leerlo para que no lo tenga por Reyes, de nuevo. Conseguido.
Continuación de El rey recibe e igual sensación al
concluir su lectura: es un libro que no está mal, pero que deja indiferente. Las
partes en las que explica la transición española son interesantes; cuando narra
la vida del protagonista y de su familia, no está mal; pero la trama de la
historia que une las otras dos no transmite más interés que el debido a que
está bien escrito, quizá, a que lo que sucede es todo bastante enigmático y el
lector tiende a no sentir curiosidad por lo que le pueda devenir al
protagonista.
Se lo he comentado a Marisol y tampoco quedó satisfecha
de su lectura. Sé que caerá el tercero de la trilogía y que lo leeré, pero
deseo que me parezca mejor pues, como ya dije, es un Mendoza.
“Tuve que regresar a Barcelona tras varios años de ausencia,
cuando me comunicaron que mi padre había fallecido repentinamente.”
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