(926
pág.; Ediciones B) (61;
diciembre de 2019)
Sexta entrega de esta saga de la
vida de César, y aunque aún queda una más, ya se puede ver por la portada que
han llegado los idus de marzo. Esta autora, que encandila con la historia de
Roma, en cuanto narra la relación entre César y Cleopatra se hace ñoña y pesada
y, tengo entendido, que así resulta en las otras narraciones del mismo tenor, que incluso son más conocidas que esta. A pesar de las miles de páginas leídas sobre
esta época me sigue apeteciendo leer más sobre ella y puedo entender a Marisol,
que siempre va por delante de mí, que le gustara tanto leer estos libros.
En este volumen César ya es dictador
y de ahí que haya el encargado del caballo del dictador, que no es otro que su
suplente y, oficiosamente, su heredero, que es Marco Antonio. Pero
durante la larga campaña que César ha dedicado a conquistar y pacificar Africa,
aquel ha actuado de manera muy poco sensata por lo que, a la vuelta de César a
Roma, este se plantea si su elección no debería recaer sobre Octavio, a pesar
de que este no es más que un adolescente amanerado. Novecientas páginas de
intriga política y lucha por el poder con decenas de personajes buscando su
mejor posición o perder lo menos posible. No importa que sucediera hace más de
dos mil años, sigue siendo muy apasionante.
“–Sabía que tenía razón: un terremoto muy ligero –dijo César
mientras dejaba el fajo de papeles en su mesa.”