(273 pág.; Edhasa) (7; febrero de 2021)
Hace diez años que leí por primera vez este estupendo
libro y este mes lo ha elegido Marisol como el séptimo del CLC, por lo que lo he
vuelto a leer. Como me ha parecido que la reseña que hice en su día puedo
suscribirla íntegramente coloco aquí su enlace, pues no quiero repetirme:
https://autobiografialectora.blogspot.com/2011/07/marguerite-yourcenar-memorias-de.html
La lectura me ha resultado más difícil que en la primera
ocasión, pues recuerdo que, incluso, leí el libro de pie en un autobús y esta
vez, en una pésima edición digital, la densidad del texto me ha representado un
esfuerzo pero, no por ello, he dejado de apreciar la belleza que contiene y he
preferido obviar si pueden ser ciertos, o no, los pensamientos que se vierten a
través del supuesto cálamo de Adriano. Considero que vale la pena leer este
libro, pero aconsejo hacerlo poco a poco y saborearlo, pues la trama no se
resiente y, en cambio, se puede apreciar mucho más su valor.
No acostumbro a resaltar muchas frases de ningún libro, pero
de este no he podido resistirme a marcar algunas, por si hay ocasión, alguna
vez, de volver a él. No quiero hacer igual que en la primera lectura y no
añadiré otra más y, como vengo haciendo desde el primer comentario que aparece
en este blog, sí que repetiré en el pie de la foto la primera oración del
libro.
“Querido Marco:
He ido esta mañana a ver a mi médico Hermógenes, que
acaba de regresar a la Villa después de un largo viaje por Asia.”